Con esta entrada cierro la trilogía de artículos de lo acontecido en el I Festival Flamenco de Andorra – Laurèdia Flamenca 2021 y que nos llevó al corazón de los Pirineos para llevar hasta allí el espíritu de los cantes de Jerez y sus vinos. (Foto: Gabriel Arango)
Una de las más gratas sorpresas fue ver las evoluciones de la llamada Compañía B, en vivo y en directo. Un grupo compacto de jóvenes valores del flamenco con una ilusión desbordante y un gran compromiso con nuestro arte. Una actitud que seguro les hará avanzar en la difícil aventura de ser artistas flamencos.
De momento, la idea es feliz y su desarrollo digno de la mejor ovación. Se trata de un proyecto gestado por El Soniquete de Lola que pretende ayudar a los jóvenes flamencos a incorporarse al mercado laboral para así contribuir a mejorar la formación de colectivos vulnerables. Dicho de otro modo, echar esa importante mano inicial que permita a alguna promesas volar por sí mismos. Como bien ha argumentado su promotora, Lola Vallespí, “han creado la estructura de su actuación así como sus coreografías; han seleccionado sus letras y han salido de su zona de confort, en una perfecta armonía”.

En los días que estuve en Sant Juliá de Loria, la Compañía B llevó el flamenco a algunas plazas de la localidad abriendo camino al flamenco en un enclave tan alejado de las propuestas artísticas del sur. Con un buen hacer, disciplina y ganas de triunfar consiguieron que, en la última jornada, muchos andorranos salieran a sus balcones para unirse a su fiesta. Lo que se dice hacer patria flamenca, por derecho. También, alguno de ellos, me acompañaron en la sesión de Flamenco & Sherry con sus cantes y toques dejando muy buenas sensaciones tanto individualmente como en colectivo.
Esta primera tanda de la Compañía B, en las distintas disciplinas de cante, toque y baile ha estado formado por Alejandro Peralta, Gema Carrasco, Pedro Montoya ‘Chanquita’, Andrea Tomás, José Montes, Teresa y José Luis Hernández, Rubén Martínez y José Antonio González.
A todos ellos no hay sino que darle las gracias y pedirles que guarden en su corazón este recuerdo. Para que así mantengan siempre la misma ilusión a lo largo de su carrera y, sobre todo, cuando vengan las dificultades. Esa esperanza que siempre va teñida de verde como las montañas de Andorra.
¡Felicidades!
José María Castaño @Caminosdelcante