Al llegar el Adviento me hago la misma pregunta: ¿Está reconocida como debe en su ciudad natal la obra y el legado de Manuel Fernández Molina “Parrilla de Jerez? Con más énfasis este año, la interrogante se me vino a la mente por triste el fallecimiento de su hermano Juan, que ha puesto de nuevo el crespón negro en la familia. (La foto es de Pedro Carabante Medina)
Como guitarrista podríamos hacer una importante relación de méritos de este músico jerezano. Tanto en su faceta de solista, como acompañando a figuras de la talla de Paquera de Jerez, Terremoto, Tío Borrico o incluso Enrique Morente. Pero, mucho más allá está su gran legado: los modernos sones aflamencados de la Nochebuena de Jerez.
Bien es cierto que La Cátedra de Flamencología de Jerez fue la primera impulsora en la recuperación de un cuerpo lírico navideño que a punto estuvo de perderse en la ciudad. Siempre contando con el imprescindible patrocinio de la extinta Caja de Ahorros de Jerez. Mas, en el aspecto puramente artístico, fue Manuel Fernández Molina “Parrilla de Jerez” quien obró este milagro de la pervivencia de los villancicos a día de hoy, aún reformando eso sí su naturaleza.
Ya he comentado en alguna ocasión que Parrilla estaba durante todo el año recopilando coplas. Manuel sabía dónde buscar y tenía sus informantes, como el desaparecido Zarambimbo de la plaza San Juan, entre otros. Una vez reunidas las coplas, las armonizaba con su guitarra para llevarlas a un coro que terminó evolucionando todo aquello de la zambomba tradicional o casera para desembocar en la artística. Sus hijas lo saben; Manuel se entregaba al proyecto en cuerpo y alma durante todo el año.
¿Y qué ha recibido a cambio Parilla de Jerez institucionalmente? Poco, muy poco. Alguna esporádica dedicatoria de espectáculos, tipo Fiesta de la Bulería o Zambomba en el teatro y para usted de contar. Basta citar que su proyecto de monumento partió de la Hermandad del Valle de San Telmo. Es decir, del sector privado y aún sigue parado sin visos de continuidad.

Estamos hablando de un Ayuntamiento que tiene una unidad especializada en flamenco. Un órgano que tiene la obligación antes que nadie de tratar la memoria de Parrilla de Jerez como debiera. Pero de recordar la memoria y el legado de Parrilla de Jerez, ahora que llega la Navidad, poco muy poco. Nada diríase. Cuando a Manuel había que hacerle un monumento de la altura del Minotauro; un gran homenaje, unas jornadas y lo que sea para llevarlo hasta los colegios si fuera preciso. Para que todo el mundo supiera la verdadera importancia y dimensión de un músico que regaló a su ciudad buena parte de su vida y así recuperar unos sones que casi se hubieran perdido. Este silencio acerca de su figura, la del gran Parrilla de Jerez, cada Adviento no es solo reprochable sino ciertamente vergonzoso.
José María Castaño @Caminosdelcante
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