Para el estudio.- La soleá «En el campo me crié» de Tío Borrico con Paco Cepero

Sin duda estamos ante una de las joyas del cante jerezano, al menos del grabado en disco. Siguiendo con los deseos de nuestros caminantes refrescamos nuestras entradas dedicadas al análisis y estudio. (Extraordinaria fotografía de Tío Borrico, obra de Pedro Carabante Medina de su libro «Diquelar»)

Hoy con esta enjundiosa aportación de Tío Gregorio «El Borrico» quien junto a Paco Cepero nos dejó está soleá para la eternidad redefiniendo a golpe de corazón la soleá de Enrique el Mellizo. Un análisis que aparece en nuestro libro “Cien años de Tío Borrico” .

Vamos a disfrutar aprendiendo y mucho con el padrino de nuestro programa Tío Gregorio “El Borrico de Jerez” y esa joya que nos dejó para la historia con su soleá “EN EL CAMPO ME CRIÉ” que graba junto a Paco Cepero para la Casa Hispavox en 1967.

HISTORIA DE LA GRABACIÓN

Tío Borrico y Paco Cepero ya se habían encontrado mucho antes de esta grabación en las fiestas de señoritos de las ventas jerezanas cuando el guitarrista, casi un niño, tuvo su primer aprendizaje en el acompañamiento a los cantaores que solían frecuentarlas.

Todo un privilegio supuso para un Paquito Cepero de pantalones cortos poner su guitarra desde tan temprana edad a Sernita, Sordera, Terremoto y el propio Gregorio; amén de nombres menos conocidos como el Brenes, El Troncho o El Batato, entre otros.

El destino quiso unirlos muchas décadas después en la grabación para Hispavox (1967) del disco CANTA JEREZ, bajo la producción de José Blas Vega. Todos los integrantes del mítico vinilo se encontraban trabajando en los tablaos madrileños menos Gregorio que fue expresamente invitado desde Jerez; un gran aliciente, en todos los sentidos, para los integrantes del LP.

Paco Cepero, quien ha sublimado el toque de acompañamiento en toda su extensa carrera, tuvo en suerte acompañar a El Borrico en dicho disco, consiguiendo un diálogo rico y de gran calado; lleno de flamenquería y buen entendimiento. La pareja dejó plasmado un gran cante por soleá “Yo seré leña en tu corral”, así como unas letras en el fin de fiesta por bulerías.

Tal fue el grado de implicación de ambos intérpretes que José Blas Vega les propuso grabar un LP en solitario que incluye la soleá que vamos a estudiar. El resultado fue extraordinario, al punto que podemos concluir que Paco Cepero supo sacar lo mejor de Tío Borrico en una época en la que el cantaor estaba en su plenitud, tanto de facultades como de las experiencias vitales necesarias para volcarlas en su decir.

LOS INTÉRPRETES

Gregorio Manuel Fernández Vargas, cantaor conocido como “El Borrico de Jerez” y más veterano como “Tío Gregorio El Borrico” nació en el número 29 de la calle Nueva del Barrio de Santiago de Jerez un 3 de abril de 1910. Fue un cantaor vivencial y miembro de una extraordinaria y larga familia gitana cantaora de la Baja Andalucía. En su aprendizaje de los cantes por soleá tuvo mucho que ver su tío Juanichi El Manijero, hermano de su padre El Tati, y otras referencias del barrio como Frijones. Su voz estaba llena de socavones sonoros cual gruta intangible que dotaba de autenticidad a sus interpretaciones muy emocionales. Falleció un 12 de diciembre de 1983.

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Extraordinaria foto de Tío Gregorio «El Borrico» obra admirado Pedro Carabante y que sirvió de portada de nuestro libro «Cien Años de Tío Borrico» (BBK Bilbao, 2010)

Paco Cepero, guitarrista nacido en la calle Encaramá del Barrio de San Miguel de Jerez, donde vive actualmente. Aprendió las bases con Rafael del Águila y muy joven se curtió con los grandes en la época del flamenco de las Ventas: Terremoto, Sernita y el propio Tío Borrico entre otros. Debutó en el Teatro Falla de Cádiz en 1958 y ha acompañado a una lista inmensa de los mejores cantaores como Manolo Caracol, La Perla, La Paquera de Jerez, Rancapino, Camarón de la Isla, Turronero, Chiquetete y un largo etcétera. Destaca como compositor a primeras figuras. Como acompañante al cante es y ha sido siempre excepcional y a la altura de muy pocos.

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Portada del primer disco en solitario del gran guitarrista Paco Cepero quien acompañó siempre a Tío Borrico de manera excepcional

Juntos en este disco conformaron una extraordinaria pareja regalándonos momentos de una gran intensidad y jondura.

EL CANTE PASO A PASO

Introducción:

Son muchos los conceptos coincidentes en este cante que nos hacen afirmar que estamos ante una de las grandes joyas del cante flamenco de todos los tiempos. Aparte de las virtudes propias del intérprete para el cante por soleá: eco, manejo de los tiempos, profundidad, compromiso con lo que canta… hay que añadir sus aportaciones personales, que en esto del arte quizás sea la asignatura más compleja.

Estas concesiones en Tío Gregorio no son para nada premeditadas, acaso surgen sin proponérselo porque nacen de un sentido vivencial del cante; asumiendo el rol de cada letra como si realmente le estuviera pasando en ese mismo instante, por eso sufre a la par que interpreta. Veamos primero el videeo que hemos preparado sobre el cante:

“EN UNA BROMA QUE DIJE”

El cante se abre con la soleá “En una broma que dije”. Es claramente un cante de preparación que nos lleva directamente a cómo en la Alcalá de Joaquín el de la Paula se comienzan estos decires jondos. Pero, hay algunos matices que difieren:

  1. El primer verso lo recorta al modo de su paisano Manuel Torre. En Alcalá (óigase a Juan Talega, Manolito de María o el propio Antonio Mairena) la última letra del verso se estira horizontalmente (p.ej: “Al Castillo de Alcaláaaaaa”). Sin embargo, Manuel Torre inaugura una nueva forma de decirlo al cortar en seco en la primera vocal y no alargar el verso (P.ej: “Por ti abandoné a mis niños” que en estética alcalareña fetén se haría “Por ti abandoné a mis niñoooooos”. El modo en que Torre recorta el verso es el mismo que emplea Tío Borrico en el verso “En una broma que dije”. Esto se produce porque el cantaor se desprende de adornos musicales y los resta a su dicción, dejando más desnudo el cante por necesidades expresivas y guiado por la búsqueda de la emoción ante todo.
  2. Coincidimos con Luis y Ramón Soler en sus apreciaciones sobre esta soleá en su monumental tratado ANTONIO MAIRENA EN EL MUNDO DE LA SIGUIRIYA Y LA SOLEÁ (Fundación Antonio Mairena y Junta de Andalucía, Málaga 1992) cuando advierten que se producen algunos alargamientos silábicos (casi siempre excepcionales en Tío Borrico) que pertenecen a la estética que impuso el grandísimo Tomás Pavón. Sus formas causaron impacto en todo tipo de cantaores, incluido el nuestro.
  3. Hay un detalle de muchísima originalidad en este cante y es que Tío Borrico añade un verso más a los cuatro propios de una soleá de preparación. Este apéndice, al igual que todas sus aportaciones, nacería de la necesidad de expresar algo más, un plus, debido a su cante vivencial y visceral, no estudiado. No hay ningún otro ejemplo en toda la discografía flamenca de esto, al menos no la hemos oído nosotros. Por tanto debemos afirmar que es de su cosecha propia. Exactamente, lo que produce con esto es:

En una broma que dije,

                                              Una vez te dije en broma.

                                              Tan de veras lo tomaste

                                              que ni a la puerta te asomas

Si lo yo lo llego a saber

ya no te gasto más broma

Claro que para hacerlo tanto el cantaor como el guitarrista han de presumir de un compás excepcional para encajar nuevos versos. Algo similar en la historia del cante lo encontramos en Manuel Torre, precisamente. El genio de la calle Álamos “inventa” (también por necesidades emocionales) un verso de 12 sílabas en lugar de las 8 normales:

Por tí abandoné a mis niños

y mi maresita mía de penita ella murió

Ahora vas y me abandonas

perdón no tienes de Dios

Es un digno preámbulo para acometer la gran joya flamenca a la que aludíamos al inicio. “En el campo me crié” posee todos los elementos que hacen tan grande a este arte como cauce para expresar los sentimientos humanos más arraigados.

borrico y manolito parrilla
Curiosa foto de Tío Gregorio con su sobrino Manolito Parrilla de niño

“EN EL CAMPO ME CRIÉ”

Antes que nada, porque estamos convencidos que se trata de un episodio autobiográfico contado tan verídicamente que acongoja por su autenticidad. Tío Gregorio se crió en las duras labores del campo, como muchos gitanos de Santiago. Por mor del destino se enamoró muy joven de la que sería su mujer, Manuela Flores Ortiz, y tuvieron su primer hijo a los 19 años del cantaor y a los 16 de ella. Esta circunstancia no era extraña entre la familia gitana de entonces, pero supuso una gran responsabilidad y apuro para el joven Gregorio Manuel quien plasma con inocencia en los versos

Como éramos dos chiquillos chicos

(Curiosa redundancia muy jerezana)

tenía que pasá así

(juega tanto con las vocales cuando dice así, que algunos confunden así con cien por la confluencia de la “i” y la “e”).

 Existe otra posibilidad en la transcripción de este último verso. En una entrevista realizada al cantaor y publicada en la Revista Candil, correspondiente al número 15, mayo – junio de 1981, comenta que efectivamente había grabado algunas letras propias. Al referirse a ésta en concreto Tío Gregorio dice “después saqué otra letra por soleá que dice así”:

En el campo me crié

y yo me enamoré de tí

como éramos chiquillos

te dije que pá el jardín

Con independencia del carácter autobiográfico de la letra, musicalmente es una redefinición magistralmente conseguida de la soleá de inicio gaditana de Enrique El Mellizo.

Ocurre que Tío Borrico, con esa voz telúrica, en vez de ejecutarla con la musicalidad y el mecido que precisa el modelo de origen gaditano, aporta gravedad sonora. Figuradamente: donde debería haber agua, injerta terruños de viña albariza. El resultado es una mayor sobriedad y un mensaje más trágico, acaso, ahíto de aportaciones emocionales puras y duras.

Toda entera la soleá está plagada de ahogos, se colige una extrema inocencia y un alto grado de resignación. Sobre todo cuando va a culminar  “me enamoré”  hay unas repeticiones de la vocal “e”, por cuatro veces, apabullantes y destilando sufrimiento humano. Se ahoga en sus recuerdos, podría decirse.

Tan sólo esto hace muy grande a este cantaor, desde su sencillez, que es lo más interesante.

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Tío Juane, La Bolola y Tío Borrico. Foto que sirivió para anunciar un recital de los tres en la extinta Peña Los Cabales de Jerez

“Y SUEÑO YO NO COGÍA”

Y el sueño yo (no cogía)” es la continuación a tan magistral interpretación. El cantaor tira de la memoria colectiva del barrio de Santiago para acometer el cante por soleá de Frijones.

Es una soleá cortita, hablada y con gran ligazón. Ya Antonio Mairena la definía como una gota de perfume flamenco y, entre los que han llegado a sacarle más partido, se encuentra sin duda Tío Borrico, junto a voces como Tía Anica La Piriñaca o El Viejo Agujetas.

Sirve aquí más el lamento que la música en sí misma y, siguiendo esta premisa, Gregorio recorta con enjundia el primer verso y vuelve a sentenciar con unas caídas flamenquísimas. Debido a la cortedad de los tercios de la soleá de Frijones y a su interpretación airosa (en el sentido de muy acompasada), suele usarse bastante como bulería para escuchar. En este sentido, nuestro cantaor la asocia a estos parámetros al incluir la coletilla propia de la bulería para escuchar en una soleá, donde no es tan común su juego. Nos referimos al vocativo “Válgame compañerita mía” que usa para apoyar las repeticiones del 3º y 5º verso y cuadrar musicalmente la estrofa. Tío Borrico ha sido uno de los grandes transmisores de la soleá de Frijones.

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Tío Borrico en un frame de la serie Rito y Geografía del Cante de RTVE

“QUE TE VENGA A MI VERA”

Para finalizar otro estilo de cuño jerezano. A veces, la soleá de Jerez ha estado solapada por la bulería para escuchar, tal y como acontece en el anterior estilo, y no ha gozado de tanta independencia por sí misma. Esto vuelve a ocurrir cuando interpreta la soleá “Que te venga a mi vera”, uno de los estilos cortos asociados a la jerezana Mercé La Serneta.

Esta variante de la Serneta concretamente no es la más idónea para cerrar una tanda de soleá; la inercia propia de los cantes pide un valiente o tal vez alguna aceleración rítmica, pero como “no hay croquis” (Juan Moneo “El Torta” dixit) a él le viene a la cabeza esta forma corta en la que los bajos cobran un especial protagonismo.

De nuevo, por la veracidad de su exposición, Borrico muestra lo que ya hemos denominado como “ahogos existenciales” que se traducen en el empuje de la vocal “e” en el verso “Que te quiero ve e e e e e”.

Sorprende como, pese a esas fatigas en la ejecución, cuadra el cante en el compás con una exactitud inaudita, información que sólo puede llegar desde la sangre (considerado este término como cultura vivencial).

El estudio de este cante está incluido en el Análisis Discográfico del Libro “Cien Años de Tío Gregorio El Borrico 1910 – 2010” publicado por la sección editorial de Los Caminos del Cante en 2010, patrocinado por la entidad financiera BBK de Bilbao, y que contó con la sabiduría de Alfredo Benítez Valle, la transcripción de José María Castaño quien suscribe y la labor de fonoteca de Gonzalo López.

José María Castaño @Caminosdelcante (Del Libro «Cien años de Tío Gregorio El Borrico)


¡Con nuestro agradecimiento personal y admiración al maestro Alfredo Benítez de quien son todos estos conocimientos aquí expuestos y la labor de mecenas que hizo BBK a través de Gonzalo López quien cooperó y mucho en la publicación!

Publicado por Los Caminos del Cante

Programa de radio y web del mismo nombre que se emite desde Jerez de la Frontera

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