(Por petición de algunos de nuestros caminantes tras conmemorar el que hubiera sido su 66 cumpleaños reponemos este artículo sobre nuestro añorado Luis de la Pica). ¿Por qué eran tan distintas las letras de Luis? ¿Las escribía o él o se las escribían? ¿Por qué solía inventarse mundos ficticios con ellas? Caminantes estáis invitados…
Hace un par de días mi buen amigo y admirado investigador flamenco Ramón Soler Díaz me enviaba un curioso correo sobre unas pesquisas que había realizado sobre algunas de las maravillosas letras de Luis Cortes Barca “el de la Pica”.
Todo comenzó cuando Ramón estaba haciendo un trabajo relacionando las letras flamencas y el agua. O dicho de otro modo: la presencia del líquido elemento en las coplas del flamenco. Sin duda, una relación muy “fluida” y abundante porque el agua ha servido en muchas ocasiones como idónea metáfora, elemento fundamental en la literatura flamenca.
Aquel trabajo cristalizó en el libro “Lírica acuática. Coplas sobre el agua en la poesía tradicional y el flamenco” (2010). Un interesante recopilatorio de letras relacionadas directamente con el agua porque como decía Bachelard “pese a la variedad de sus espectáculos el agua es una realidad poética completa».
Recuerdo que a Ramón especialmente le gustó mucho una letra “mojada” que cantaba Luis de la Pica por tangos “El agua es un ser vivo que contempla y calla”. Ante la gran altura literaria de la pieza me preguntó sobre quienes surtían de poemas para ser cantados a Luis y si en algún caso tenía letras propias.
La mayoría de las coplas que cantaba Luis de la Pica – respondí a Ramón – fundamentalmente procedían de algunos autores: Julio Rivera, Rafael Fernández «Nene» y Juan Grande, el pintor. Como quiera que Luis apenas si grabara en disco estas letras no fueron registradas por sus legítimos autores. O al menos pasaron de manera desapercibida.
Pero hay otro dato a tener muy en cuenta. Una vez hablando con una hermana de Luis sobre las letras del cantaor me dijo que muchas veces cuando le lavaba la ropa encontraba en los bolsillos algunos papeles arrugados con poemas de grandes autores o algún fragmento de canción que a él le había gustado.
Aquí acabó más o menos la conversación de Ramón Soler. Pero en su papel de infatigable investigador siguió investigando sobre esta letra tan absolutamente genial:
Me voy junto a la laguna
Qué misterio tiene el agua
El agua es un misterio
Que contempla y calla
Y ¡sorpresa!
La letra en cuestión no era ni de Julio Rivera, ni de Juan Grande, ni del propio Luis… Ramón Soler la encuentra en el repertorio de la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou (que de soltera era Juana Fernández Morales), conocida popularmente como Juana de América (Melo, 8 de marzo de 1892 – Montevideo, 15 de julio de 1979). Casi toda su prosa estuvo dirigida al público infantil pero su poemario fue bastante amplio y de temas más generalistas en el que abundan las referencias poéticas al agua a la que “humaniza”: contempla, calla… o como por ejemplo en el siguiente poema es capaz de sentir dolor o envidia:
¡Ay, pobre del agua que del fondo mira,
tal vez envidiosa, quizás dolorida!
¡Tan triste la pobre, tan muda, tan quieta
bajo esta nerviosa ramazón violeta!

Por tanto, la letra de Luis de la Pica que solía hacer por tangos es un fragmento del poema “La Laguna” de Juana Ibarbourou de Uruguay que podéis ver completa a continuación:
La laguna
La noche es suave y muelle
Tal cual si fuera hecha
Con los vellones blandos
De alguna oveja negra.
No hay luna. Vago a oscuras
Por el campo hechizado.
Huelo frescor de juncos,
De sauces y de álamos.
Voy junto a la laguna,
¡Oh misterio del agua!
El agua es un ser vivo
Que me contempla y calla.
La laguna, esta noche,
Parece pensativa.
Mi alma se alarga a ella
Como una serpentina.
¡Cuánto me gusta el agua!
¡Cuánto me gusta el agua!
Hacia ella se inclina
Cual un junco mi alma.
Acaso, en otra vida
Ancestral, yo habré sido
Antes de ser de carne,
Cisterna, fuente o río…
Ver: http://urumelb.tripod.com/juana/la_laguna.htm
La pregunta se hace evidente ¿Cómo llegaría ese fragmento del poema de la uruguaya a un gitano bohemio del Barrio de Santiago de Jerez? Es difícil de responder ¿Encontraría el libro en algún sitio o alguien sabiendo de la sensibilidad del Pica se lo regaló? ¿Cómo empatizó tanto Luis con la letra que encaja perfectamente en sus modos de expresión y en el resto de su repertorio? Toda una incógnita.
Mas aquí no acaba la historia. Todavía sorprendido gratamente por el correo de Ramón Soler ayer me encuentro en la carpeta de entrada otro email: “Más del Pica”. En el mismo me cuenta Ramón que Luis solía cantar a continuación esta otra letra, que seguro que les sonará:
Siento huir bajo el otoño
pálidas aguas sin fuerza,
mientras se olvidan los árboles
de las hojas que desertan,
ay que desertan,
ay que desertan.

Una vez llegado hasta este extremo descubre que el “siento huir bajo el otoño” no pertenece a Juana Ibarbourou. Continúa pues la búsqueda de esta letra y viene a encontrarla nada menos que en el poemario del sevillano Luis Cernuda y que dice así:
Eras, instante, tan claro.
Perdidamente te alejas,
dejando erguido al deseo
con sus vagas ansias tercas.
Siento huir bajo el otoño
pálidas aguas sin fuerza,
mientras se olvidan los árboles
de las hojas que desertan.
La llama tuerce su hastío,
sola su viva presencia,
y la lámpara ya duerme
sobre mis ojos en vela.
Cuán lejano todo. Muertas
las rosas que ayer abrieran,
aunque aliente su secreto
por las verdes alamedas.
Bajo tormentas la playa
será soledad de arena
donde el amor yazca en sueños.
La tierra y el mar lo esperan.
Lo más interesante de todo es que la inteligencia emocional de Luis de la Pica llega a la conclusión que tras cantar el fragmento de “Llego hasta la laguna” la continuación que le ofrecía es mismo poema “cómo me gusta el agua” no debe parecerle muy acertada o muy flamenca y decide rematarla con este magnífico retazo de Cernuda “siento huir sobre el otoño / pálidas aguas sin fuerza».
Estas dos letras las interpreta Luis en esta actuación:
¡Genial!
Y cuando todo indicaba que se iba a cerrar este capítulo, creo que no muy conocido de Luis de la Pica, Ramón Soler con la gentileza que le caracteriza sigue indagando y nos regala un nuevo hallazgo en las letras del cantaor. Además una copla que precisamente cantaba mucho por bulerías y que se hizo característica en su repertorio más habitual:
“El pisa fuerte / yo piso descalza”
Se trata en esta ocasión de una canción venezolana y que también utilizaba Juan Orillo (hermano de Rancapino y Orillo). La letra la firma Harry Nilson y debe ser de antes de 1979 porque en ese año la grabó Ana Belén para su LP “Ana”.
La podéis escuchar aquí en la versión original a cargo de una cantante venezolana (Caridad Canelón) con el título “Poco más que nada” aunque en los créditos aparece como “Un poco menos que nada”:
Concluye Ramón diciendo lo siguiente: Hay bastante diferencia entre la versión original y lo que luego hizo nuestro Luis de la Pica ¿verdad? Por eso era un genio.
En efecto resulta increíble como transformó Luis esta balada romanticona y nostálgica en una Bulería cargada de flamenquería y con tanto arte “en estas cuatro parecitas que conforman mi cuarto”. Una letra que escogió Luis en su única grabación en disco para “Juncales de Jerez. Cayos Reales” con la guitarra de Moraíto y Diego del Morao. Toda una alquimia flamenca:
¡Olé nuestro Pica ¡ ¡Y olé nuestro Ramón Soler por darnos a conocer de nuevo estas maravillas fruto de su investigación y su generosidad! Gracias Ramón.
José María Castaño @Caminosdelcante
Con todo el respeto a Ramón, se olvidó qué, mi hermano Rafael Fernández Suárez El «Nene», primo de Luis de la Pica, le aportó algunas letras a los cantes de Luis. Esto, lo saben muchos gitanos del barrio Santiago de Jerez.
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Gracias Diego, lo añadimos
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Como humildísimo aficionado al flamenco y al cante de Luis de la Pica (y siempre intrigado por el origen de sus letras) este post me ha resultado realmente interesante. Muchisimas gracias por el post y por el blog.
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