El pasado martes 15 de noviembre, el Ayuntamiento de Madrid colocó una placa en memoria de Francisca Méndez Garrido. Justo en el que fuera su domicilio en la calle Santa María de la Cabeza número 8, conmemorando así el glorioso paso de La Paquera de Jerez por la capital.
Para la artista jerezana fue fundamental hacer las maletas e irse a Madrid, donde estaba todo el fragor flamenco del país repartido en sus tablaos y escenarios. De este modo, Paquera dio un salto cualitativo desde el aprecio local a una fama nacional que la acompañaría hasta su último adiós. Hay que decir que una circunstancia que favoreció este reconocimiento mayoritario fue la posibilidad de grabar un buen número de discos de larga duración, dado que la mayor parte de las compañías discográficas radicaban en allí.

En cierta ocasión me comentó Antonio Gallardo Molina, autor de la casi todo lo que grabó, que subía a Madrid para que Paquera fuera haciendo suyas las letras de los cantes que le proponía. Entre ellos, se incluyó aquel ‘Maldigo tus ojos verdes’, a modo de zambra, que sonó en todas las emisoras de radio del país con tanta frecuencia que la erigieron en una artista muy popular. Su querencia por el gusto caracolero, tan de moda en aquella época, también tuvo su decisivo papel.
Sabemos por el paisano Manuel Ríos Ruiz y su libro ‘La Paquera de Jerez, genio y figura del cante’ (Servicio de publicaciones de la Diputación de Cádiz, 2005) que la cantaora llegaría a Madrid en 1957 (aunque hay reseñas un poco anteriores de actuaciones suyas allí). En aquellos tablaos, en los que actuaban los artistas de mayor relieve, ‘estuvo dos años consecutivos triunfalmente y de ellos pasó a los teatros de toda España’. Quiere decir que la capital fue también vital para su lanzamiento en toda la geografía del país. En el mismo capítulo, Ríos Ruiz habla de su presencia, no necesariamente por este orden ni importancia, en tablaos como Las Brujas, Torres Bermejas, El Corral de la Morería y Los Canasteros; amén de otros escenarios como la sala de fiesta York Club o Yulia, de forma puntual. Aparte, habría que citar sus apariciones en teatros madrileños como San Fernando, Cervantes, Cómico, Circo Price y su liderazgo en sus Cumbres Flamencas o en los míticos encuentros con Camarón de la Isla en el Palacio de Deportes.

La Paquera de Jerez volvería de Madrid a su tierra como una de las más grandes artistas flamencas de la época. Tras un paso por la misma, se instaló junto al mar en Rota (Cádiz) y desde allí salía para actuar en infinidad de festivales flamencos como cabecera de cartel. Soy testigo que nadie quería cantar tras hacerlo ella, porque era tal la rotundidad de su expresión que no dejaba margen de éxito a nadie más.
Los jerezanos nos sentimos agradecidos por el gesto de Madrid, porque siempre ha sido una ciudad que ha acogido a nuestros artistas con un cariño muy especial; desde Don Antonio Chacón a José Mercé pasando por nuestra reina de la bulería: La Paquera de Jerez y otros muchos. Una cantaora que tuvo en la ciudad del oso y el madroño un espaldarazo impresionante a su carrera artística. Quizás, de haberse quedado en Jerez, no hubiera alcanzado los hitos que jalonaron una vida cantaora tan rutilante como mediática.
Ahora una placa en la calle Santa María de la Cabeza recordará por siempre aquel encuentro con la ciudad. Porque ese fue ese fue el itinerario de Francisca, la de la casta de los Méndez, de Jerez a Madrid y de Madrid al cielo.
José María Castaño @caminosdelcante
Aquí podéis encontrar todos los contenidos de la revista Zoco Madrid, que este mes de diciembre y en su número 47 se ha dedicado al 60 aniversario del adiós de Carmen Amaya (1963 – 2023). Aparte de abordar su figura, tambiñen podéis encontrar interesantes contenidos relativos a reportajes, entrevistas, noticias, agenda, libros, discos, festivales y toda la actualidad flamenca: