Antonio contaba con 95 años de edad cuando le sobrevino la muerte en el hospital malagueño Virgen de la Victoria. Sus restos serán trasladados a Madrid donde vivió buena parte de su vida. Fue un artista de los considerados íntimos y se le adeuda un fandango personal que popularizara Camarón de la Isla, entre otros. (Foto de la portada: Rufo)
Hace unos meses, le dedicamos uno de nuestros pódcast en Expoflamenco al que acompañamos el siguiente texto que creo retrata la personalidad de Antonio el Rubio, descanse en paz:
«El disco Sigo siendo del nonagenario cantaor Antonio Carmona Gómez, el Rubio, es ese tipo de trabajo que sale a contracorriente. Tal vez como hizo su protagonista siempre; alejado de los grandes ruidos de la vida comercial para refugiarse en la intimidad del cante. Frisando los 92 años, el intérprete fue convencido para dejar su testimonio en forma de testamento sonoro.
Gracias al joven cantaor Israel Fernández, Rufo y un nutrido grupo de excelentes colaboradores se realizó esta “operación a corazón abierto”. Son jirones del alma lo que encontramos. Una voz gastada por el tiempo, agrietada por las vivencias y peleada hasta el extremo. No vamos a gustarnos aquí de la voz dulce, redonda y melodiosa que acostumbramos en los discos actuales. Antonio el Rubio se desbroza en cada tercio como si pidiera aire a cada momento para sacar un hilo de voz con el que saldar cuentas con la vida misma.
Antonio el Rubio nació en la Línea de la Concepción (Cádiz) en 1928. Siendo joven se trasladó a Madrid y, como bien dice el amigo Carlos Martín Ballester, autor del libreto que acompaña la obra, se alejó del flamenco multitudinario para buscar su pulsión flamenca en las fiestas íntimas y familiares. Hasta ellas llegaban artistas de los más grandes para beber de sus fuentes. Incluido un joven Camarón de la Isla que popularizó su fandango personal.
Agradecemos pues a la editorial Flamenco Vive, al fotógrafo Rufo (de quien es la obra de portada y que se incluye en el disco), a Israel Fernández, así como todos los que han hecho posible este testimonio existencial, ya ajado y roto, de un cantaor que dejará un sello para la historia, grande o pequeño, pero un sello propio.
En su honor y, ya, memoria podéis escuchar el pódcast en la web de Expoflamenco: