Catando vídeos.- Luis Moneo, el buen metal de la calle Acebuche

Para ir finalizando nuestras reposiciones del verano, nos acercamos al buen metal de Luis Moneo Lara, quien hoy por hoy defiende los valores expresivos de su casa cantaora. Y lo hacemos catando un vídeo en compañía de su hijo Juan Manuel Moneo a la guitarra de un recital desarrollado en la peña Buena Gente de Jerez. (Foto: Por Diego Gallardo)

Detalle de la grabación:

En la actualidad, el metal de Luis Moneo Lara es muy valorado por los buenos aficionados. Además, en su manera de expresión está la continuidad de toda una saga cantaora que ha dado – y sigue dando – tantos momentos de gloria al cante por derecho en la Plazuela de Jerez.

Gracias a nuestro amigo Paco Zapata disponemos de este vídeo que vamos a disfrutar y estudiar, por este orden, de una gran soleá del cantaor Luis Moneo Lara y su hijo Juan Manuel Moneo Carrasco. El recital tuvo lugar en noviembre del año 2019, en la sede de la entidad de la Nave del Aceite, sede de la peña Buena Gente, dentro de su ciclo “El Otoño es flamenco”.

El cantaor y el «sonido calle Acebuche»

Comentamos al inicio de la entrada que Luis Moneo se ha erigido por merecimientos propios en el baluarte de su ralea artística. El noble metal de Luis va adquiriendo con los años un gran peso: redondo y acampanado, rotundo en su expresión.

Gracias al cruce de dos grandes estéticas en su repertorio: La Plazuela de Jerez y Antonio Mairena, Luis se erige en paradigma de aquello que hemos bautizado como “sonido calle Acebuche”. Permítase esta interpretación personal para describir la alquimia que se produce al fundir dosis de jerezanía plazuelera con cierto gusto por la escuela mairenista a la que esta familia profesa tanta admiración. Tal vez el precursor de estas maneras lo encontremos en su tío Luis de Pacote que insufla a sus sobrinos (por la parte del apellido Lara) la admiración por el maestro de los Alcores junto a las voces que hicieron grande a su barrio de la Plazuela.

Luis Moneo añade unas características a esta estética: su enorme oficio, perfeccionado por su labor para el baile durante muchos años, así como su conocimiento de la guitarra por la que añade a sus decires una afinación extraordinaria. Igualmente hay que subrayar como casa el temperamento del cantaor con la soleá; estilo al que saca un gran partido como comprobaremos más adelante. De hecho, apenas siendo un niño cantaba por este estilo como un viejo, dicen los del lugar, circunstancia por la que fue rebautizado como “Pepito Soleá”. Aún buena parte de su extensa familia lo llama Pepe y no Luis.

El cante paso a paso: #catandovideos

Este cante que vamos catar, cual vino oloroso de Jerez, lo ha alojado nuestro amigo Paco Zapata en su cuenta “@ pasión por fotos” de Youtube que recomendamos:

Insisto siempre en aquello de que el cantaor hace un versión propia y personal de lo heredado por distintas fuentes. Cada artista tiene sus registros, su impronta, su velocidad de voz, sus agudos y sus bajos, su manera de encarar los tercios para insertar lo que el suyo dentro de los esquemas de la tradición.

Así, Luis hace un recorrido por distintas formas y escuelas por soleá que en su eco cobran un enorme sabor y flamenquería. Contribuye en alto grado la guitarra de su hijo Juan Manuel Moneo, al 5 por arriba, quien conoce mejor que nadie al cantaor; dejándolo cantar o respirar cuando es oportuno. Ahí están esos “Olé mi Juan” que el padre regala a su escolta sonora de forma continua.

Por cuanto al cante propiamente dicho, hay un primer tramo de soleás de preparación llenas de regusto. Durante el mismo acude a dos grandes de su barrio de la Plazuela. A saber, en la primera letra recuerda la versión que El Viejo Agujetas hizo de los cantes de Alcalá: “Tú vienes a que te perdone” y en la segunda la propia de Manuel Torre de El Mellizo de Cádiz con “La fe mía del bautismo”.

A modo de transición hay una soleá de tres versos de una cabal factura; acomete el estilo atribuido a Agustín Talega, al modo del hijo de este: Juan, con la letra “Yo iba a perder la razón”. Siempre bajo la impronta de Luis Moneo que, como es lógico, aporta sus rasgos expresivos.

Digo de transición porque es la linde que se marca Luis Moneo para, a partir de aquí, ir subiendo en intensidad. En el segundo tramo se estira dictando sentencia en su versión de los cantes asociados a La Andonda (que para nosotros siempre se han cantado en Jerez) con “Cuando vengas a buscarme” y esa la subida característica de Ramón el Ollero en la repetición. Justo en porque sabes que por tiiiiiiii yo pierdo.

Ese “in cresendo” se conjuga de mayor modo en otra de las soleá atribuida a La Andonda, con la letra “Tu querer y mi querer”. Luego, Luis Moneo nos convence del todo con un visceral recuerdo a Juaniquí  “A mí me lo habían preguntao”. ¡Cómo suena el metal del plazuelero en estas lindes!

Me gusta mucho el final o remate. Por cuanto tiene de valiente pero también por hacerel plazuelero su propia versión de un estilo que no se suele utilizar mucho en la actualidad de los recitales. Es uno de los dos valientes que la historia adeuda a El Mellizo de Cádiz. Lo ejecuta con la letra “El día que Dios nos aparte” con profundidad, peso y compromiso.

Por todas estas razones, Luis Moneo hoy día se consolida como uno de los cantaores más interesantes de la actualidad y un valor seguro para cuantos aficionados gustan del cante grande, serio y por derecho.

¡Y gracias a Paco Zapata por el vídeo!

José María Castaño @Caminosdelcante

Publicado por Los Caminos del Cante

Programa de radio y web del mismo nombre que se emite desde Jerez de la Frontera

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