Hace unos veranos la Asociación Cultural Flamenca Luis de la Pica, que hoy tiene a su cargo los Viernes Flamencos de Jerez, rindió un entrañable homenaje al artista “El Loco Romántico” en su sede del Colegio Carmen Benítez del Barrio de Santiago de Jerez dentro de su VI Ciclo “Noches de Corinto”. (Portada: Flamenca y Más)
Con tal motivo publicamos una entrada que merece y mucho la pena recordar. En alguna ocasión he comentado que para entender el Jerez Flamenco en toda su extensión hay que tener muy en cuenta muchas perspectivas. Con motivo de la publicación del libro “De Jerez y sus Cantes” (Almuzara, Córdoba 2008) ya señalaba lo siguiente:
“Puede resultar paradójico que Jerez, siendo una ciudad que conserva unos modos tan primitivos del cante, sea también decisiva en la contribución de artistas al denominado “Nuevo Flamenco”. Léxico que no me gusta demasiado, por otra parte. Si hemos señalado a una serie de artistas del tipo Agujetas, Rubichi o Moneo, cuyas posturas interpretativas bien pudieran ser de otro siglo, la ciudad del vino ha aportado otra serie de nombres imprescindibles a la hora de la renovación de los conceptos flamencos. Basta señalar a Diego Carrasco, Tomasito, Navajita, Sorderita, El Loco Romántico… para mayor certificado de cuanto se dice. Muchos de ellos, se criaron en las capitales o tuvieron un contacto decisivo con ellas. Como Tomasito, quien afirma que lo mismo toma una copa de fino en el bar de Agustín de Santiago que una cerveza en la barra de un pub punky de Madrid”
Y dentro del mismo trabajo, en su capítulo titulado “Jerez y el Nuevo Flamenco Viejo” dedicaba unas palabras a “La Locura de un Romántico”:
Según Luis Clemente, “el Loco Romántico no fue en principio un solista, sino un grupo con siete componentes, dos canarios y cinco jerezanos. Después pasaron a ser de cuatro de las Islas y otros tantos de Jerez. Surgen a caballo entre Pata Negra y Ketama”.
En realidad, pese a ser una banda, el alma mater de la historia era un jerezano que escribía poemas a los que acoplaba su guitarra, hablamos de Juan Vargas Monge, apodado como “Juanete”. Su fusión es de ritmos africanos con la bulería, lo que le daba un toque de exotismo. En abril de 1989, sacaron su único disco “FLAMENCO DE COLORES”.
La vida de Juan fue bastante peculiar, de hecho sus últimos años los vivió en una cueva del Sacromonte de Granada alejado del mundanal ruido donde falleció en 2004, eso sí tras patearse España de arriba abajo.
Juan se definía a sí mismo como «Loco por mi inquietud cósmica y creativa. Romántico porque siento la sensibilidad del arte».
Su compañera Yhamile Jojo (madre de su hijo Sol) conservó un buen puñado de poemas de El Loco Romántico que luego se publicaron en un libro póstumo con el título de “Naturaleza Viva”, editado por el Servicio de Publicaciones de la Diputación de Cádiz en 2008. La reseña de este libro dice:
“Esta selección de poemas de Juan Vargas Monge es la obra literaria de un autor bohemio y también un viaje por los caminos de la introspección. Nacido en Jerez, el 23 de Noviembre de 1953, su muerte acaeció en mayo del 2004. Sus últimos años los pasó en Granada, en cuyo barrio del Sacromonte fue enormemente popular. Formado en la escuela de cante jerezana, confesaba su admiración por Manuel Vallejo y Aurora Pavón, mostrando una especial atracción por las bulerías. Era un tipo autodidacta que aprendió y desarrolló su arte llevando una vida sencilla y en muchas ocasiones retirado en la naturaleza. Como dice Yhamile Jojo: “Se trata de la capacidad que tenía el Loco Romántico de transmitir pureza sólo con su inmensa presencia.”
En el mes de junio de 2008 se presentó este libro con la presencia de Yhamile Jojo y de muchos allegados (como su amigo pintor Pepe Sumariva al que se le considera dentro de la misma corriente: el “Trío de los Majaretas”) y familiares en la Sala de la Compañía de Jerez. En este acto la recopiladora de los poemas de Juanete Vargas le dedicó frases y recuerdos como estos (que podemos incluir aquí gracias al artículo del amigo Juan José Téllez en La Voz de Cádiz de 8 de junio de 2008):
“Al final de su vida, ya no le gustaba que le llamaran poeta, pero lo era”
“Él era un maestro zen, sin tener ni idea de lo que era el zen”
“La poesía para Juanete era el pasatiempo de un ser que convivía con la soledad, la disfrutaba y la habitaba de donde me remitió sin él saberlo al Kundalini Yoga”
Los Delinqüentes y Tomasito versionaron un tema de Juan Vargas «La Cacerola»
Por su parte el escritor jerezano Mauricio Gil Cano en su artículo “La Divina Locura de Juanete” publicado el en blog Poetas Andaluces recuerda su figura con otras interesantes frases fruto de un encuentro que tuvo con El Loco en un tabanco jerezano ya desaparecido muy cerca de donde hoy tiene sus desde el Centro Andaluz de Flamenco:
“Apareció por allí alguien extraordinario que decía: Solo voy por los caminos / pá que me lleve el destino / donde vive la pureza”.
“Era un gitano de pura cepa que vivía la poesía como un don. Un hombre limpio en un mundo hostil, apóstol de la libertad y mártir de la belleza”
“Venía acompañado por su incansable amigo el pintor Pepe Sumariva… entre los dos habían publicado el libro Pataleando en 1985. Poemas de Juanete Monje Silvestre que así firmaba… En ellos se nos revela un autor eternamente niño que alcanza la sabiduría de los bienaventurados: Que el ser mayor / es la primera muerte /de un mundo sin futuro.”
“Conmueve la nobleza con la que Juanete escribía las más profundas verdades”
“En uno de los poemas del libro Juanete se describe como un vagamundo:
«Con un trocito de ná
Yo me siento feliz
Hay quien tiene mucho
Y no puede vivir
Por eso yo no quiero dinero
Quiero vivir mi vida
Como la llevo”.
“Más allá del tópico Juan Vargas Monje se sabía encarnación de su propia filosofía”
Muchos años después, el Barrio de Santiago se acordó con justicia de Juan Vargas Monge el original artista conocido por “El Loco Romántico”. El cartel que reunió a buena parte del considerado con Nuevo Flamenco Jerezano en la actualidad.
Lo que se dice todo un acontecimiento el homenaje del barrio que lo viera nacer a un libre que supo ser libre desde el romanticismo de su propia locura. Jerez, tierra de bohemios y románticos flamencos.
José María Castaño @Caminosdelcante
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Los Caminos del Cante 