Relato de una vivencia con Antonio Núñez “Chocolate” (I): «Los Venerables»

El cantaor jerezano – sevillano hubiera cumplido, tal día como hoy, 90 años de edad. Por tal motivo os cuento una hermosa vivencia, en dos partes, con el maestro Antonio Núñez Montoya que tuvo lugar a finales del verano 2003. (Frames de Los Venerables de Jerez)

Os pongo en antecedentes: el año anterior, es decir 2002, tuve la enorme responsabilidad de organizar el ciclo “Jerez y sus familias cantaoras”. Un espectáculo secuencial en la plaza de la Asunción con doce sagas agrupando a lo más granado de cada una. Siempre digo que aquello fue tan malo, o quizás incluso tan bueno, que jamás volví a organizar nada en mi patria chica de manera institucional.

Pero no es del todo cierto, o casi,  porque al año siguiente de las familia cantaoras, y codo a codo con Moraíto, produje algún evento para las Fiesta de Otoño 2003. Manuel hizo un ciclo llamado “Las Guitarras Cantaoras” y quien les escribe una veladas por barrios que culminó con un homenaje a «Los Venerables de Jerez». Fue el día 20 de septiembre de 2003, frisando ya el otoño. Allí reuní a algunas voces veteranas como las de María Soleá (que ya había perdido la vista, ¡la buena de María!, pero no el arte), las dos María Bala (sí, dos Marías del barrio de Santiago con el mismo apodo), Antonia María de Vega, Tío Enrique Sordera, Canalejas de Jerez y su señora, Tío Paulera y Alfonso el Berenjeno, entre otros.

Todo completado con Julián de los Reyes como presentador con una de sus poesías, algunas pinceladas de baile de Jose Vargas, padre de Curro y Pepe de la Joaquina, y Sebastián “El Berza”. El elenco estuvo acompañado por Juan Parilla a la guitarra, quien explica la naturaleza del acto y avisa que el grupo, salvo excepciones, estaba compuesto por no profesionales. En las palmas, parte de la «Filarmoney» de Santiago con Gregorio Fernández, Curro de Joaquina y Rafa Junquera.

Parte de la retransmisión de Onda Jerez TV que tuve la suerte de comentar

Meses antes de aquella cita, Chocolate vino a actuar al Teatro Villamarta. Recuerdo que iba con Fernando de la Morena y poco más; excepto que por alguna circunstancia apenas hubo público. Si acaso cuatro filas de todo el coliseo jerezano. Se esgrimió que ya había entrado la calor, que si no se había promocionado lo debido… Lo cierto es que aquello se tomó como una especie de afrenta al maestro Chocolate en su vuelta a la tierra que lo viera nacer, aunque artísticamente yo siempre lo he considerado sevillano.

Por tanto, aproveché la ocasión que se me presentaba con los Venerables para invitarlo de nuevo a Jerez y, de algún modo, paliar el agravio sufrido en la cita anterior. La idea era que Antonio fuera el artista invitado de aquel grupo de mayores para cerrar la velada.  Las conversaciones fueron fluidas, creo recordar que con Macandé de intermediario.  Aparte del tema económico, el maestro puso la condición de cantar en solitario y no en grupo. Así lo hicimos y, desde ese instante, los días del estío transcurrieron expectantes hasta nuestro encuentro. Allá cuando la vendimia perfuma con mostos y cantes las calles de Jerez.

Continuará…

José María Castaño @Caminosdelcante

 

Publicado por Los Caminos del Cante

Programa de radio y web del mismo nombre que se emite desde Jerez de la Frontera

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