Gracias al caminante José Antonio García Narváez podemos compartir estos intensos momentos de un cante por siguiriyas protagonizado por Antonio Agujetas con la guitarra de Vicente Santiago. El recital tuvo lugar en el recién estrenado espacio íntimo “El Cuarto Creciente” de Damajuana en Jerez el pasado 26 de octubre.
Hemos señalado en alguna ocasión que el cante áspero y desnudo a Antonio Agujetas debe ser analizado no sólo con el sentido del oído; de ahí que no sea fácil asimilarlo a las primeras de cambio. “El cante de esta gente es como el primer trago de whisky que te tomas en tu vida”, sentenció El Platero en «Agujetas Cantaor», aquella película de Dominique Abel.
Los continuos arañazos en la ejecución de los tercios siguiriyeros por parte de Antonio son toda una alquimia del dolor humano a través de la voz. La garganta abierta en tajo es acaso un filtro para expulsar la profunda tragedia de un modo corto, directo, seco y transido. Como el alarido que sigue a una quemazón, a un golpe inesperado, si me permitís el símil. Basta con escuchar esos “ayes” del principio para comprobar que la expresión excede, y mucho, de un mero ejercicio musical. Es un grito de auxilio porque Antonio canta desde las mismas escombreras del alma. Podría decirse que se desbroza ante una crisis de angustia vital. Por eso hay que percatarse de algunos signos de su lenguaje como la pronunciación de esa vocal “a” y «e» (“con queeeee faaaatigaaaaaa”), abierta como boca de león; así como cierta nasalidad en algunos momentos puntuales. Esto es lo que nos recuerda al llanto humano, en palabras del maestro Alfredo Benítez. Y es que esta familia maneja como pocas el trasiego de los sonidos de garganta a los nasales con naturalidad.
Todas esas notas podemos sentirlas en este vídeo:
Conforme a la ejecución del cante, y una vez comentado con el maestro, llegamos a la conclusión que Antonio no canta con un sentido premeditado de los estilos. Va a golpe de intuición y siguiendo siempre los dictados de las emociones. La manera tan visceral con la que revive el rol de la letra lo transporta a ese estado como de trance. Por tanto, no es ni canónico ni académico su decir. Resulta curioso como abre y cierra la mano siguiendo la expresión cantada, incluso para dirigir al tocaor. En este punto justo es resaltar el toque medido de Vicente Santiago, atento a las mil variaciones del cantaor.
Si tuviéramos que precisar los estilos, Antonio Agujetas va siempre oscilando entre dos grandes patrones o registros que tiene heredados de su abuelo y de su padre y custodiado en lo más recóndito de su ser. Unos códigos siguiriyeros muy jerezanos, excepto el final del repertorio, que van siempre a la dualidad, cruzando los estilos. Esto se produce cuando el intérprete por necesidades existenciales acorta o alarga los tercios en mayor o menor medida dentro de una misma estructura del cante. Esto es:
a) Paco La Luz (más largo) – Tío José de Paula (más corto) “En apaga la luz” del principio; en la tercera “Si supiera yo el sitio” y en la quinta “Pá tós los desgraciaos”.
b) La del señó Manuel Molina (más largo) y Manuel Torre (más corto y siempre muy presente en esta familia). Está en la cuarta siguiriya “Te fuiste” (inicio muy manueltorrero) con algunos alargamientos al final.
Hay que anotar, sin embargo, dos aspectos:
En la segunda siguiriya “Hasta los vientos y la marea” parece apuntar el estilo adeudado por la tradición a Enrique el Mellizo pero su querencia expresiva lo lleva de nuevo a las caídas características del estilo de Paco la Luz.
En el cierre o macho aparece una versión particular y muy narrativa de “Dios mandó el remedio” que popularizara Tomás Pavón acompañado como coda de su mítico “Reniego” y que la tradición oral adeuda a Frasco El Colorao.
Y como dijo aquel: tras escuchar a Antonio Agujetas hay algo misterioso que corta y cauteriza al mismo tiempo dejando como un vacío difícil de explicar con las palabras. Y como dice mi amigo, Miguel el Agujetero, estos «siempre te roban algo del sentimiento».
José María Castaño @Caminosdelcante
Antonio tiene todo lo puro de los antiguo y heso vale mucho hoy solo hay imitación de cantaores que canta los cante y la forma de otro cada uno tiene que ser uno y punto viva el flamenco lo puro negro
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