Una de la acepciones del sustantivo emérito/a es ‘debido al mérito’, de ahí el juego de palabras del título de nuestro espacio. Porque la esencia que nos legó Ramón el Portugués se nos antoja revestida de toda la meritocracia de los cantaores que se erigen en referencia y espejo. El mismo vocablo que sirvió en su momento para designar su ciudad natal, Mérida (Badajoz). El maravilloso retrato del cantaor es por gentileza de Diego Gallardo.
He querido dejar pasar unos días para hacer un sencillo homenaje a Ramón Suárez Salazar, quien nos dejara tristemente el pasado 16 de junio de este año. De camino, a su hijo Sabu Porrinas que lo acompañaría a los tablaos del cielo tan sólo una semana después.
Comienzo con su primera etapa discográfica en el surco. De un EP de 1972 he seleccionado, con sonido vinilo de la época, taranta de linares y tango portugués junto a la guitarra de Antonio Arenas. Justo, 20 años más tarde, graba Gitanos de la Plaza para Nuevos Medios, ya en digital, del que destaco los jaleos ‘Vengo de mi Extremadura’ con las guitarras de Juan Carmona y el Paquete. Para finalizar, un trabajo que participó junto a su hermano Guadiana con el título de Jaleo (Rumorrecords, 2014) del que recuerdo su mariana y, de nuevo, el jaleo extremeño con la guitarra de Jesús de Rosario, el piano de Pedro Ojesto, el contrabajo de Josemi Garzón y la percusión de Antón Suaréz. ¡Descanse en paz, este maestro esencial de los cantes de su tierra!
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