En este número, y desde perspectivas geográficas diferentes -con el nomadismo y los oficios ambulantes, intrínsecos de este pueblo en origen- y a través de sagas artísticas, donde el cante, el baile o el toque han pasado de generación en generación, se rinde homenaje a la aportación imprescindible de los gitanos hacia el flamenco. (En portada, detalle del cuadro María La Guapa, una gitana valenciana que Sorolla pintó en 1914)
El tema los Gitanos en el flamenco da para varios tratados, por ello, en estas pocas páginas solamente dejamos un boceto de la importancia y significación de algunas de las familias artísticas más relevantes y creativas a lo largo de la geografía y la historia. Colaboradores especializados nos cuentan las peculiaridades de las sagas flamencas gitanas de Extremadura, Cataluña, Madrid, Jerez….
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