El adiós del cantaor me cogió fuera de Jerez, aunque en el trancurso del viaje su hijo José Gálvez ya me informó que al bueno de Paco Gálvez le quedaban horas para reunirse con su Jesús Nazareno, manijero de sus devociones, al que tantas veces rezó cantando. (Fotos de su perfil en FB)
Es por ello que me veo obligado a escribir estas líneas desde el más absoluto respeto y cariño por su figura para dedicárselas a toda su familia. Los años dan una perspectiva que me permite afirmar que Paco Gálvez fue uno de los iniciadores en mi afición flamenca desde niño. Recuerdo que su voz fue de las primeras que escuché en directo cuando interpretó en varias ocasiones su misa flamenca en San Juan de Letrán. Su hijo José Gálvez, al que he refenciado, apenas llegaba con los pies al suelo desde la silla y la guitarra resulta inmesa en sus pequeñas manos. Aparte de la liturgia adaptada al eco flamenco, Paco Gálvez demostraba una amplitud de registros no muy común en Jerez, pues la baraja de estilos que ejecutaba -siempre con buen criterio- era muy amplia y llegaba a estilos que no se suelen frecuentar por estos lares. Junto a aquellas misas en la capilla, estaban sus saetas a las que imprimía una especial emoción bien a su Jesús Nazareno, bien al Señor de las Tres Caídas o a otras Sagradas Imágenes como Loreto.
Su familia vivió mucho tiempo en la plaza de San Lucas a intramuros de la ciudad y, por eso, Paco conectó con una señera y señora peña flamenca, La Buena Gente, de la que fue socio fundador y a la que asesoró en sus primeros pasos con su sabiduría del cante. No hace mucho, la entidad le dedicó uno de sus Concursos Nacionales de Saetas Flamencas agradeciéndole todas estas aportaciones.
Paco Gálvez fue un gitano orgulloso de su gente y era tan familiar como cercano. Destacaba su elegancia a la hora de vestir y saber estar en sus paseos por el centro de Jerez teniendo siempre un momento para la cabal conversación. Hoy, sus hijos siguen con esta hermosa herencia artística y humana que siempre tendrá el color morado de Jesús Nazareno y su Madre del Traspaso como centro de sus vidas. Seguro estoy que el amigo Paco Gálvez estará muy cerquita de Ellos cantando una saeta que ayer se elevó tan alta a los cielos como las palmeras de Cristina.
¡Descanse en paz y mucho ánimo para la familia!
José María Castaño @caminosdelcante

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