Como quiera que se está celebrando el II ciclo ‘Jazmines blancos’, dedicado a Luis de la Pica, en la sede de la entidad que lleva su nombre en el Barrio de Santiago de Jerez, es un momento propicio para cerrar los cinco episodios que han compuesto este serial. Un acercamiento a su perfil artístico que no hubiera sido posible sin los amigos de la revista BIG Sur Series, a los que damos las gracias por permitirlo. (Fotografía: Carlos González Ximénez)
A modo de epílogo:
Pese a fallecer muy joven, apenas tenía 48 años, y no dejar más que una sola grabación, la figura de Luis de Pica sigue creciendo con el tiempo. Son muchos los intérpretes actuales que lo evocan en sus actuaciones y su memoria reúne a un público muy joven. En su tierra natal, un numeroso grupo de ellos le dedicaron una asociación cultural que mantiene inalterable su espíritu. Las razones pudieran radicar en su originalidad y en como sus cantes nos invitan a sumergirnos junto a él en su mundo bucólico. En el fondo, como todo lo que perdura, se percibe ese halo compartido de inocencia (‘Y yo como un niño quisiera cogerla’) con un deje de dolor que teñía sus noches de un corinto tirando a oscuro (‘Porque a veces, me da escalofrío de pensar en mí)
Del artículo ‘Luis de la Pica, bohemia y sueño del cante’ en la Revista Big Sur Series #2 por José María Castaño @caminosdelcante
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